"No dudemos jamás de la capacidad de un grupo de ciudadanos insistentes y comprometidos para cambiar el mundo.
De hecho, así es como ha ocurrido siempre."
Margaret Mead

martes, 29 de enero de 2008

Venus


Como cada mañana, antes de amanecer, todavía noche cerrada, salgo con mi bicicleta camino del trabajo. Algunas calles de Madrid, recién regadas, aún no se han terminado de desperezar. Sé que está ahí, a veces logro verlo fugazmente, entre las siluetas de algunos edificios todavía dormidos, entre los árboles del parque. Por fin enfilo la avenida orientada al amanecer. El cielo pasa del rojo intenso en la lejanía al azul oscuro, casi negro, sobre mi cabeza. En la zona color cobalto está Venus, blanco, brillante intensísimo, compitiendo sereno con la Luna, con las luces veloces de los coches, con los carteles luminoso, con las farolas. Por fin llego a la oficina, les pregunto a mis compañeros. Ninguno lo ha visto.

4 comentarios:

Don Biciclote dijo...

He llegado aqui a traves del mensaje de peticion de ayuda, que parece que ya no hace mucha falta...

Que blog mas precioso! Lo voy a añadir a mis "eslabones encontrados" y estare atento.

Saludos

Mojarrison dijo...

JAJA! Yo también soy de los afortunados que disfrutan del paisaje (urbano) en sus desplazamientos, y es una ventaja poder ver la luna llena, el cielo del amanecer, o sonreir al peatón al que has dejado pasar.

Feliz pedalada!

guss dijo...

Es alucinante. La verdad que muchas mañanas, o atardeceres, o cualquier momento único; y mas si voy en Bici; me gusta también llenarlo de vida, de alegría, o sentimiento. Sentirme vivo, y adorar a los Dioses del día, o los de la noche; y entre ellos estan Selena, la Luna; y Venús mi diosa horoscoparia. O Marte ese otro que me distorsiona, o me enviolencia.

miguelgm66 dijo...

Entiendo perfectamente el comentario: yendo en bici uno experimenta muchas sensaciones de acercamiento a la Naturaleza que en coche pasan totalmente desapercibidas; es una pena que los planetas y estrellas, que están "ahí", y pueden verse todas las noches hayan desaparecido de la vida cotidiana, considerándose objetos del "más allá", o al menos reservados para los expertos.